Un microrrelato es una narración breve que, en un espacio reducido, logra contar una historia completa. Aunque no existe una extensión fija, por lo general los microrrelatos no superan las 200 palabras. A pesar de su brevedad, contienen los elementos esenciales de una narración: conflicto, desarrollo y, en muchas ocasiones, un desenlace sorpresivo. En este tipo de literatura, la precisión es clave, y el lector es invitado a llenar los espacios vacíos con su interpretación y conocimiento.
Características del Microrrelato:
Brevedad extrema: La esencia del microrrelato radica en su concisión. Cada palabra tiene una función esencial, ya que el espacio es limitado.
Final sorpresivo: El desenlace suele ser inesperado o provocar una reflexión.
Economía del lenguaje: El uso preciso de las palabras es fundamental para transmitir ideas poderosas en pocos caracteres.
Ambigüedad y sugerencia: En lugar de detallar cada aspecto, el microrrelato sugiere, dejando espacio para la interpretación del lector.
Ejemplos Famosos de Microrrelatos
Uno de los microrrelatos más conocidos del mundo literario es el atribuido a Ernest Hemingway, que en solo seis palabras es capaz de contar una historia llena de dolor y sugerencias:
"For sale: baby shoes, never worn."
("Se venden zapatos de bebé, sin usar").
En español, uno de los microrrelatos más representativos es el de Augusto Monterroso, titulado "El dinosaurio":
"Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí."
Este relato ha sido interpretado de muchas formas, desde metáforas políticas hasta reflexiones filosóficas sobre el pasado ineludible.
Julio Cortázar, con su estilo surrealista, también incursionó en este género. Un ejemplo es:
"Cerró los ojos y al abrirlos el tigre todavía estaba allí."
Este relato, al igual que el de Monterroso, juega con el elemento del absurdo y la sorpresa.
Ana María Shua y el Microrrelato Argentino:
Ana María Shua es una de las principales exponentes del microrrelato en el ámbito hispanoamericano. Nacida en Buenos Aires en 1951, ha escrito varias colecciones de microrrelatos, consolidándose como una de las voces más importantes en este género. Entre sus obras más destacadas se encuentra "Casa de geishas" (1992), "La sueñera" (1984) y "Fenómenos de circo" (2011), donde explora temas como el sueño, la vida cotidiana y lo fantástico.
Un ejemplo de un microrrelato de Shua es "La paciente y el médico", de "La sueñera":
"La paciente grita. El médico, vestido de blanco, hace preguntas rápidas. –¿Vio su infancia? ¿Su adolescencia? ¿Su vida entera? –¡Sí, doctor, la vi! –¿La vio pasar como un relámpago frente a sus ojos? –¡Sí! –Perfecto. La operación ha sido un éxito."
Aquí, Shua juega con la percepción del tiempo y la muerte de manera concisa y precisa, dejando una reflexión sobre la vida y su transitoriedad.
Otro ejemplo es "Cazadores de letras", también de "La sueñera":
"Nos persiguen. Nos esconden, nos destruyen, nos queman, nos prohíben. Sin embargo, a veces logramos escapar y nos reproducimos entre los resquicios del odio. Siempre que los hombres nos matan, volvemos a nacer."
En este relato, las palabras son las protagonistas, una metáfora sobre la resistencia de la literatura frente a la censura y el olvido.
Ejemplos de Microrrelatos Argentinos:
Además de Ana María Shua, otros autores argentinos han hecho importantes contribuciones al género del microrrelato:
Raúl Brasca – "La mujer más bella del mundo"
"La mujer más bella del mundo fue juzgada por eso, por ser la más bella del mundo. Condenada a vivir oculta para que los hombres pudieran seguir viviendo sin locura."Luisa Valenzuela – "No es suficiente":
"Él la ama profundamente. No lo dice, no lo hace saber, pero la ama con todo su ser. Y ella lo sabe. Y lo deja partir."Marco Denevi – "El dios de las moscas":
"El Dios de las moscas era una mosca. Los infiernos estaban llenos de telarañas y la condena consistía en caer eternamente en ellas. En el paraíso, las moscas, gordas, jugueteaban por los aires sin ningún peligro de ser atrapadas en ninguna parte."
Conclusión
El microrrelato, aunque breve, es una forma literaria compleja que exige del lector una participación activa. Autores como Ana María Shua, Raúl Brasca, y Marco Denevi han llevado este género a nuevos niveles de sofisticación y creatividad, demostrando que una historia no necesita ser larga para ser poderosa y conmovedora. En Argentina, el microrrelato ha encontrado una rica tradición, con escritores que exploran la realidad, lo fantástico y lo absurdo en cada palabra.