
INDIFERENTES
MICRORRELATOS
Nicolás J. Marinelli

Cuando el fuego ascendió y la noche se hizo día, nos inquietamos, pero no hicimos nada.
Cuando el humo descendió sobre la ciudad y el día se convirtió en noche, nos asustamos, pero tampoco hicimos nada.
Finalmente, cuando el oxígeno se fue agotando, quisimos hacer algo. Pero ya no había nada que hacer.