
LA CANCIÓN DE JHONNY
MICRORRELATOS
Nicolás J. Marinelli

LA CANCIÓN DE JHONNY
El Viejo hizo surgir una Colt calibre .50 desde las profundidades de su larga barba y, sin más miramientos, le disparó en medio de la frente al colorado Goodman, quien cayó fulminado sobre la mesa. A continuación, el Viejo gritó:
—Al que haga un solo ruido, le vuelo la cabeza.
Todo el mundo guardó silencio, a excepción de Johnny, el pianista, que siguió tocando su canción como si nada.
Rabioso y a la vez intrigado, el Viejo se le acercó y lo increpó:
—¿Y tú por qué no te callas? ¿Acaso quieres que te vuele la peluca?
Johnny se dio vuelta, mostrando una amplia sonrisa, repleta de unos maravillosos dientes blancos, y continuó con lo suyo. El Viejo le puso el arma en medio de la frente, pero Johnny siguió tocando. Hirviendo de rabia, el Viejo amartilló el arma una, dos, tres veces… pero las balas se negaban a salir y Johnny, dale que te dale a su piano.
Indignado, el Viejo dirigió el cañón de la Colt hacia su propio ojo y echó un vistazo. Fue lo último que vio en su vida. La bala le atravesó la cabeza de lado a lado, y el Viejo se desplomó en el piso.
Johnny siguió tocando, tranquilo, lamentándose por el Viejo, que no supo comprender que la buena música nunca muere.